importancia social. Cuando compáranos el tiempo histérico revolucionario en la obra de Chekhov (sobre la Rusia en el año l86l) con el de la obra de Estorino (Cuba pre socialista, poco antes de 1959) notamos que el fenómeno histérico y social que presentan es el mismo. También lo son las expresiones utilizadas en el texto de la obra, para caracterizar ~" a los personajes. Aún semejante es la trama, basada en los juegos de apariencia, cuando los personajes fingen que no hay cambio social y niegan que estén en decadencia, que la realidad social no favorece a los que son ricos por tradición, sino a los que trabajan con ambición y roban con voracidad. En el parlamento que citamos tenemos una buena descripción de los burgueses decadentes de Cuba:

Cristóbal.- Eran unos orgullosos .No tenían nada, pero se creían los dueños del pueblo, porque tenían una gran casa y estos muebles y cortinas. La verdad es que vivían bien y respetaban al viejo. La primera vez que fui allí me sentí todo cortado. El viejo Don Gregorio, Don Gregorio y no tenía ni un kilo! Pero usaba bastón. Bastón con puño de plata. (Juega con el bastón.) Pensaban que me hacían un honor dejándome entrar en su casa. Siempre hablando de la chusma y de la educación y de los pueblos chiquitos y de la ignorancia y de los buenos modales. Me tragaron a la fuerza, pero aspiraban a otra cosa no sé a qué! al mariquita ese que tocaba el piano!

Si uno lo recuerda bien, asimismo presentaba Chekhov a los aristócratas decadentes de Rusia.
Con respecto a la situación de la mujer en esta época, nos informa el personaje Rosa, quien está sola en la casa entre sus cuatro paredes, porque los hombres de su familia salen siempre y como todas las mujeres casadas, se queda en la casa esperando por ellos. Cuando Rosa se queja ante su marido porque él no va al cementerio con ella a llorar por su hija muerta, le dice también que por su muerte ella quedó sola, porque sólo las hijas mujeres le hacen compañía a las madres. Pero Cristóbal le dice que ella tiene también a su hijo Juanelo. Y ella le dice:

Rosa tu hijo. ¿Qué tengo? Tú te vas por las noches,! y vienes tarde! Tu hijo! ¿ Mi hijo? También se va. Ahora anda como un perro detrás de esa mujer, los dos! Los hombres están siempre en la calle, el último bocado se lo tragan en la puerta; y adiós!"

Después Rosa se queja de que el marido se va todas las noches juntarse con otra mujer, que él tiene una amante desde hace dicieciocho años y que ella siempre lo supo.