Dueña
de muchas provincias. E>e haciendas ingentes y de "
vacadas privadas'.' De incontables automóviles; de
incontables camellos e incesantes cebras. De cabras y yeguas
sin cuento. De café, de árboles frutales y de
mansiones interminables; y a CONTRARIO SENSÜ, un hombre
no pueda ser orgulloso; por ser digno, de lo único
que debe y merece ser evaluado y aplaudido sobre la tierra,
por tener TALENTO, y ser dueño de una inteligencia
inmensa y poseedor de una cultura oceánica, colindante
con las orillas de lo sobrenatural, lo que por definición,
seria: EL GENIO. Ya desde la grandiosa revista del Colegio
Mayor de Nuestra Señora del Rosario, señalé,
otrora, en feliz hora, cuales son loe ingredientes que constituyen
e integran: EL GENIO.
Titán de la Democracia, Apóstol de la LIBERTAD,
Principe de la Soledad. Con respecto a ellas, y en razón
a sus interioridades, no quiso capitular, ni con los Dioses
ni con los hombree.
Cae vencido como un hoplita, por la MUERTE, con el ensueño,
sobre su pecho volcánico y furente, y la péñola
ubérrima y fecunda, de la LIBERTAD, como un relámpago
en sus manos. ! LA MUERTE }; único Dios que pudo apagarlo.
Debió exclamar entonces, con LORD BYRON: " Ahora
es preciso que duerma ". Murió, en la calle de
Salmerón, en Barcelona, en España, no léaos
del solar, en donde se extinguió ese otro portento
colosal, que fue el cerebro de: ANTONIO JOSÉ RESTREPO.
Era en el mes de Agosto del año de 1.93§. Su caída
fue como el hundimiento de un planeta, Como el apagón
de un gran astro. Como el rodar de una esfera Cosmogónica.
Como la caída estrepitosa y temblorosa de todo un sistema
orográfico. Como el hundimiento de una cordillera.
Don JOSÉ MARÍA VARGAS VILA, era: todo un hombre.
Una persona. Una personalidad. Un carácter. Una entidad.
Una Institución. Un sistema. Un mundo. Un Universo
Para terminar; béstenos transcribir xaquí; nuestro
soneto estelar, que la existencia heroica, torturada y torturante
del GENIO, nos ha inspirado. Tomado de nuestro libro de Poesía:
" LA SANGRE CONSTELADA
SONETO PARA JOSÉ MARÍA VARGAS VILA:
Déme tu Verbo Rojo. Príncipe del insulto, rodo
como las brasas: Quemantes, retorcidas, que haga sangrar las
carnes: £>ébiles corrompidas, y que en secreto
forja, LUCIFER en su culto.
Tu dicterio que amargo SUPO ahondar en lo oculto, de las conductas
frágiles, débiles, engreídas. Tú
sembrador de hortigas: terribles, desleídas, corrosivo
vitriolo sobre todo lo estulto.
Señor de los ajenjos y las retamat; crueles, acendrttdor
de absintios y de mortales hieles, contra los apotegmas de
la mediocridad.
Grande y Maestro lúcido de las admoniciones, gladiador
luminoso, tus sacras maldiciones, aon el hechizo eterno de
tu inmortalidad.
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