POEMA
ELEGIA DE SEPTIEMBRE
(Porfirio
Barbajacob)
CORDERO
tranquilo, cordero que paces
tu grama y ajustas tu ser a la eterna armonía:
Hundiendo en el lodo las plantas fugaces
huí de mis campos feraces dia.
Ruiseñor
de la selva encantada
que preludias el orto abrileño:
a pesar de la fúnebre Muerte y la sombra y la nada.,
yo tuve el ensueño.
Sendero
que vas del alcor campesino
a perderte en la azul lontananza:
los dioses me han hecho un regalo divino:
la ardiente esperanza.
Espigas
que mecen los vientos, espiga
que conjuntas el trigo dorado:
al influjo de soplos violentos,
en las noches de amor, he temblado.
Montaña
que el sol transfigura,
Tabor al febril mediodía,
silente deidad en la noche estelífera y pura:
¡nadie supo en la tierra sombría
mi dolor, mi temblor, mi pavura!
Y
vosotros, rosal florecido,
lebreles sin amo, luceros, corpúsculos,
escuchadme esta cosa tremenda ¡HE VIVIDO!
He vivido con alma, con sangre, con nervios, con
(músculos, y voy al olvido ...
La
Habana, 1915. |
EL
GALLO
Es un bizarro paladín; sonoro
su canto anuncia el despertar del día;
en su pecho, vibrante de osadía,
de gemas fulge singular tesoro.
Rojo
penacho y espolines de oro
denotan su elevada jerarquía.
Nada puede humillar su valentía,
su fiero orgullo y su marcial decoro.
Entre su corte femenil descuella
cuando inquieto y nervioso se adelanta,
si del rival presiente la quertella.
Vibra
agudo el clarín de su garganta,
y donde imprime la segura planta,
como signo imperial deja una estrella.
ALFREDO
GÓMEZ JAIME.
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Amor
de verdad
Es casi la verdad robada al sueño
esta mujer de rostro presentido
que pasa por el aire sorprendido
como la brisa del abril risueño.
Por
ella el corazón, se siente dueño
del perfume y el mar, la flor y el nido;
y es dulce y grande sorprenderse herido
bajo el amparo de su amor de ensueño.
Su voz es como un trémolo lejano
sobre la cuerda azul del mediodía,
y el mundo gira al roce de su mano.
Por ella vuelve a ser de luz el día,
la vida clara, el corazón humano,
y es por ella verdad la poesía.
Gerardo
Valencia |
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LA
ESTRELLA ERRANTE
Serena está la noche al par que bella;
el cielo con riquísimo ornamento
como pendón azul tendido al viento,
sin nubes, puro, espléndido descuella.
De
pronto, rauda, fugitiva estrella,
flageladora luz del firmamento,
marca en veloz y airoso movimiento
en los espacios esplendente huella.
Con
su fulgor se ofusca la mirada,
pero tranquila, al consumirse el fuego,
torna a brillar la bóveda azulada.
Así,
genio fugaz, esclarecido,
deslumbra al mundo, pero pasa luego,
y piérdese en las sombras del olvido.
ANTONIO
JOSÉ CARO |
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AMOR
SINCERO
Amor sincero quisiera me juraras
ya que por tí, así yo lo he sentido,
como te amo, quisiera tú me amaras
pues, tu amor es el primero que he tenido.
Amor,
quisiera mi nombre recordaras,
porque tu nombre para mí fue ungido
con el aroma de las tardes claras
en mis primeros años que no olvido.
Más,
si a mi corazón tú se lo niegas,
no tendré más en mi existencia dura,
aceptar la amistad que tú me entregas.
Amándote
con el alma silencioso,
soportar resignado la amargura
de no ser el dueño de tu amor glorioso.
Carlos
H. Tofino
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