UNA INCREIBLE CARTA DE INTENCION

Los lectores de "El Espectador" verían con sorpresa la insólita Carta de Intención que Juan Manuel López Caballera accionista mayoritario y representante de las Fábricas de San José de Suaita, firmó con el actual Gobierno para obtener, con su ayuda y padrinazgo, una financiación de S30.000.000 para una empresa endeudada, insolvente y tramposa.
Yo ni siquiera me tome el trabajo de sorprenderme. El escandaloso caso de La Libertad y oíros similares, ocurridos durante E! Mandato Clare, me habían permitido darme cuenta de lo que es capaz de hacer Juan Manuel cuando está dirigido electrónicamente, desde bastidores, por Alfonso papá. Juan Manuel saca entonces de entre e! cubilete de doble fondo con que éste llegó a la Presidencia, y ante un auditorio estupefacto, una flamante carretera alterna en lugar de la tradicional cinta de colores. Un milagroso préstamo bancario en vez del acostumbrado conejo de orejas asustadas. Y un lujoso Jet Presidencial, para reemplazar la consabida paloma a fin de que vayan a París a hacer sus compras navideñas sus apreciadas tías, los Caballero Blanco y un grupo de amigos familiares. Todas estas pruebas tienen un toque audaz de cinismo que es como la tarjeta de cortesía que dejaba Raíles en las residencias que visitaba. Alfonso papá es un consumado mago de los negocios, que domina, además, la prestidigitación y el hipnotismo. Lo mismo esfuma en el aire los millones de la Reforma Tributaria o los de la Bonanza Cafetera que convence al país de que ¡a Handel es el nombre que se le da en Holanda a una desavenencia familiar. Los niños como Hersán. cuando ven esto, se rompen las manos aplaudiendo y los viejos como Alberto Lleras, con los dientes y las babas afuera, le gritan que haga más. Nadie.

 
conociendo tales prodigios, puede extrañarse de que Juan Manuel, manejado a control remoto por Alfonso papá, hipnotice a la señora ministra de Trabajo —no a la actual sino a la precedente— y le saque de entre una manga la miüonaria Carta de Intención que comentamos. La dama, al despertar de su trance, se debió ahuecar la permanente con las manos y salir a regatearles a los obreros alguna modesta prestación. Era imperativo demostrarle al país que este es el gobierno de los más honestos y de los más capaces.
Estas cosas asquean pero no sorprenden. Yo he gastado en combatirlas tantos kilómetros de cinta de máquina de escribir que con ellos podría construirse una carretera alterna, en miniatura, a Los Llanos. Alfonso papá disfruta, desde que se inició en la vida pública, provocando con sus negocios inmorales la caída del Partido Liberal, de un fuero especial y permanente. El de la impunidad. La justicia ordinaria, que habitúa mente es ciega, se pone para identificarlo y no causarle dan lentes de contacto. La justicia política, cuya sede está en la Comisión de Acusaciones de la Cámara, lo absuelve al por mayor, con toda su familia, y le manda saludes a Salcedo Coilantes. Los dos Lleras, Carlos y Alberto, huyen despavorido del país cuando Alfonso papá comienza a hacer reptar en ' sombra su candidatura, y el gran Partido Liberal, el pobre gr. Partido Liberal, embobado

como un niño por el zumbido de u cascabeles, se apresta por segunda vez a tomar el ofidio en las manos,
Lo que sí me; sorprende es que este gobierno, al cual r puede atacar por muchas cosas pero no por falta de puleritu, resulte ahora, cuando ya está entrando en la recta final de mandato, como consocio, mecenas y alcahuete de una fabrica quebrada debido a la ineptitud y al cinismo de sus directores, me duele decirlo porque la fundaron gentes de mi sangre, Es una fábrica endeudada además, corno se observó al principio porque hace más de treinta meses no les paga las pensiones u las cuales viven a cien obreros jubilados. Tramposa, porque está en mora de cubrirle sus cuotas al ISS. violando así taurinamente, en una especie de suerte continuada de Don Trancredo las leyes laborales. E insolvente, porque los bancos rehúsan financiarla hasta que no llegó a sus puertas y colgada del brazo del Ejecutivo, vale decir, caminando sobre los tacones de la señora ministra de Trabajo.

Lo anterior no tiene antecedentes conocidos. Yo, por lo menos, no sé de ningún país donde el gobierno emplee todo el peso de su autoridad para hacer que le presten treinta millones de pesos a una empresa arruinada, sólo porque uno de sus dueños fue un presidente negociante y ahora quiere serlo por segunda vez. Yo creo que este desvergonzado vallenato se bailó sin conocimiento del presidente Turbay, claro está que con letra y con música originales de Alfonso papá. En todo caso, como el nombre del gobierno anda en el juego, yo, sin otra calidad que la de ciudadano colombiano, quiero solicitarle con todo respeto que me explique en virtud de qué ley o de qué artículo de la Constitución Nacional el Ejecutivo está autorizado para servirle de garante o de tío rico a los señores López Michelsen y López Caballero, y si, en lo sucesivo, el resto de los colombianos, cuando tengan problemas de dinero o aspiren a crédito fácil, puede esperar un tratamiento semejante. Desde luego, yo !c reclamo al señor presidente esta explicación, si es que la hay; en caso contrario, no quiero molestarlo...
Yo no sé cuál irá a ser la suerte final del Liberalismo y del país si resulta elegido Alfonso papá y continúa actuando a control remoto, electrónicamente dirigido por él, su insaciable retoño Juan Manuel. Hay que pensar en que la Carta de Intención es un mero abrebocas y en que esos treinta millones que consiguió Juan Manuel tomando como pretexto las Fábricas de San José, no van a ser para sus confiados obreros sino a lo mejor para financiar la campana presidencial de Alfonso papá.
Treinta millones son una bicoca. No obstante, son un significativo indicio de que la familia López Caballero ya está calentando motores para despegar. "¡Pasajeros de la Revolución Sírvanse Pasar a Bordo!".

 
 
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