RECUERDO DE BARRERA PARRA

Por José Camacho Cameño

Ese trance de la vida espiritual a la vegetativa regodona que hoy nos agobia como una digestión de bueyes se refleja en la epilepsia artística de Barrera Parra, que todo lo descifra en el ancestro. Mas no se crea que su espíritu, donde se hunde el sol heroico y se apaga la postrera diana que redobló la tropa díscola, se quedó en la esquivez de la sierra y en la desolación de la historia. Era tal su vitalidad creadora y sargentos, de los revoltosos y pendencieros, de las corralejas donde se domaba el potro marcial y se palabreaban pronunciamientos, de las ventas y los caminos homicidas, de La Puerta del Sol, y Palonegro y La Pedregosa, de las feligresías moras, del romance lunático, fue a porfía el más cabal intérprete de su época: lo que llamamos modernismo con el gangueo del jazz, el tableteo de la máquina, el zumbido de los aviones, el croar subterráneo de las urbes, el tic de las mocitas que rescataron su corazón de Armando Duval para enajenárselo a Robert Taylor la : patada del futbolista, la trepidación acerada, el automatismo del beso, desfilan por sus páginas como en la pantalla, sincronizado el movimiento con el bullicio. Sólo una genial naturaleza puede aunar esa pluralidad de registros y Barrera Parra será el cronista de su época.

El espíritu de Barrera Parra tuvo pliegues miteriosos: epicúreo a quien Saint Víctor hubiese ceñido ui gajo de viña como a protagonista de las vendimias, pagano apto para todo goce, vibrátil que concentraba íntegra la luz dé un viñedo en irisándola y distribuyéndola sobre todos los valles de la carne, enclaustrábase a veces en mística digna de los mayores anacoretas y retornaba a los placeres. sencillos de la naturaleza y se solazaba con lo que vela de más casto el alma de la especie.
En vísperas de su desposorio estuve con él en 'Medellín; me paseó por los templos, los jardines, las colinas, .los cementerios, los estanques, los arroyos, los bosques; me mostró las escuelas, los moásterios mercados públicos, las casas de beneficencia, los orfelinatos, los hospitales, las bibliotecas; me interpretó los hombres de costumbres nazarenas, los hogares que; acompasa el latido de materno pecho, las noches sin más ruido que arrullos sobre cuyo tercicpelo fúganse los pecados en puntillas. Don Mariano Ospina no sintió más tiernamente esos rudimentos cristianos.

En las mañanas soleadas, de luz raudal que in- , flama la villa, su diálogo torneaba los motivos más virginales, tan plácidos como ese niño de bronce que en un parque de Londres levanta su cuerno sobre los surtidores y los prados donde pacen cervatillos, como inadvertido del estrepito urbano. La novia, el hijo,- -la casa paterna, el amigo, la patria, la gratitud, la esperanza, el arte, eran la música de sus labios. Labios de Jaime Barrera Parra; los bautizó la carne. pero la carne se hizo arte y la belleza se sublimo ES en virtud casi cuando moría. Definirlos correspondí a otros. Yo me siento colmado de emoción evocandolos. y la expreso, porque les escuché.

GEOGRAFIA DE MI PATRIA

Mi piel es cada dia
La geografia de mi patria

Es un recorrer de caminos
Sin distancia y sin pan
Es mi patria adolorida
Que muere cada dia

En meio de la injusticia
Y la saña de el padre de la patria

Mis manos son rios
Que van a todas partes

Son manos insobornables
De trabajador de la tierra

Son aves que exclaman
Por un mañana que no llega

Por un atardecer nuevo
Un cargador lleno

De flores
De cariños y de fresas.



GOTAS

Cada instante
Que alguien muere
Es mi misma sangre
Derramada

Son mis lamentos reprimidos
Los que mueren en la noche
Es el canto perdido y refundido
Que se quedo en un grito

Por que esa es mi sangre
Y es mi muerte
Es mi dolor
Herido

En cada gota muero

En cada bomba

La patria explota adolorida


HOY

Trabajo para ti y nada tengo
Trabajo de día y de noche
Trabajo ayer hoy y mañana
Trabajo tengo por ti y nada más.

   
   
 
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